24 abril 2016

PASAJES DEL LIBRO DEL GÉNESIS CENSURADOS

Yaveh creó al hombre y a la mujer. Y los creó iguales. Al hombre le puso por nombre Adán y a la mujer Lilith…
Y fue Adán a quejarse a Yaveh. «La mujer es mi igual, y no me obedece», dijo. «Puede yacer con quien quiera, con cualquiera de los seres celestiales, porque le gusta hacerlo». «Sólo tiene los hijos que desee tener, y los tiene cuando desea hacerlo, sin dolor».
Yaveh habló con Lilith. «El hombre se queja de que tú no le obedeces». «Soy su igual», dijo ella, «y no le pido a él que me obedezca, luego tampoco he de obedecerle yo. Soy libre de hacer lo que yo quiera».
Lilith se fue del Paraíso, y fue libre para siempre, pues Yaveh la había hecho eterna, como al hombre.
Yaveh se mostró muy disgustado. Durmió al hombre y le quitó la vida eterna. «Sólo vivirás el tiempo que yo decida», dijo Yaveh.
Y con la costilla de Adán, Yaveh hizo otra mujer. La llamó Eva, y le dejó un precinto de garantía para poder saber cuando yaciera con un hombre por primera vez, y que ese hombre también lo supiera.
Adán comprobó que Eva tenía precinto, y supo así que él era el primero en yacer con ella. Y le pareció que era bueno saberlo.
Y Eva le obedecía siempre que él le daba una orden.
De Lilith ya no se supo más.

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