Se me ha ocurrido poner algo, como por ejemplo las fotos de las perras que hay en mi casa.
Esta era Yoli, la primera habitante de cuatro patas. Al final de su vida desarrolló glaucoma, o puede que cataratas, pero en todo caso se quedó ciega. Hubo que sacrificarla cuando tuvo algún trastorno en los riñones; no lo se porque no le hicimos autopsia. ¿Para qué? Vivió feliz y murió sin sufrir demasiado.
Esta era Rita, compañera de Yoli durante muchos años, luego se quedó sola. Un día amaneció muerta, sin más. Ya estaba viejita, así que vivió lo suyo.
Esta perra vive en casa de mi madre, es Luna y fue abandonada al nacer en un contenedor de basura, junto con todos sus hermanos. Un alma caritativa recogió las crías y las repartió entre los portales de los vecinos. Es muy lista y la mejor compañera que ahora tiene mi madre.
Aquí tenemos a Bruma, a la que también pueden ver en mi relato Cachorro, inspirado en ella. Cuando Rita se quedó sola, quisimos buscarle una compañera y fuimos a un albergue. Allí estaba Bruma y se vino con nosotros de buen grado. Más tarde se quedó sola, pero ahora tiene a Laika para hacerle compañía, y demostrarle que ella es la que manda en la jauría.
Esta es Laika, la última en llegar a la casa. Era cachorrita, puede que dos o tres meses, cuando se le encontraron perdida por la calle; llevaba un collarcito con cascabel, así que supongo que no fue abandonada, sino que se extravió; en todo caso no sabemos nada de sus antiguos amos. Hubo de estar algún tiempo extraviada, porque tiene hambre crónica, un verdadero desespero por comer. Incluso llegó a quitarle la comida a Bruma, pero ésta ya no se lo permite, ahora es ella la que le quita la comida. Vamos, que quien no se espabila pasa hambre. Pero así son las cosas en las sociedades caninas.
Por cierto, ¿verdad que tiene una expresión de animal inteligente? Se pregunta qué es eso que tengo en la mano, no sabe que con eso le he sacado una fotografía para que la vea todo el mundo.
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