19 agosto 2014

LA GUERRA DEL PAPEL

Nadie recuerda como empezó la guerra del papel, pero si como acabó. Por suerte para la humanidad, pues los muertos que llegó a provocar fueron innumerables.
No se sabe como empezó, pero de repente la gente se peleaba en todo el planeta. Estaban los partidarios de la opción A, y enfrente los de la opción B. Ambos bandos defendían que su opción era la única correcta.
Parece ser que en un primer momento las discusiones se limitaron a las redes sociales, pero luego pasaron a los bares y cafeterías. Algunos osaron dar conferencias sobre las ventajas de A o de B; empezaron a ir partidarios de la opción contraria con ánimo de reventarlas, cosa que muchas veces lograron.
En una nación de Asia, ganó las elecciones un partido que obligó a todo el mundo a la opción A. Los comisarios visitaban todos los retretes y si encontraban la B, todo el mundo iba a la cárcel.
Más tarde, en un país vecino ganó un grupo partidario de B, y se repitió la situación, pero en sentido contrario. Ambos países entraron en conflicto de manera inevitable.
Muchos veían con risas esa guerra local, pero otros sintieron preocupación. El fenómeno se repitió. En pocos años, ya fueron varios los países enfrentados por el papel.
La gente empezó a poner ventanas en sus retretes, para que todo el mundo pudiera ver si el papel estaba como A o como B. Como es lógico, eso creaba problemas a la hora de hacer las necesidades, que solía solucionarse con una cortina.
Pero cuando un político fanático sugirió que tras la cortina, el papel podría colocarse al revés, se armó una buena.
Se prohibieron las cortinas. La gente debía hacer sus cosas a la vista. Los retretes se hicieron públicos y la gente observaba si el papel era A o B.
Por fin, las guerras se hicieron generalizadas. Y más que luchas entre naciones, eran guerras civiles. Aparecían los muertos por linchamiento en cualquier lugar, con un letrero: «A» o tal vez «B».
Hubo quien propuso dejar de usar el papel. Pero suponía un problema de higiene muy grave.
Hasta que el sabio chino Ka-Mon dio con la clave. Tal vez influyera que tuviera una fábrica de papel que vendía en todo el mundo. Ka-Mon se había planteado hacer un papel que fuera A y B a la vez, pero no funcionaba. Hasta que cayó en la cuenta.
Fue con su oferta a las Naciones Unidas.
Se prohibió el uso de papel en rollos. Sólo se podían usar toallitas húmedas.
Por si no se han fijado, las toallitas van alternadas. A, B, A, B…

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