04 noviembre 2014

Jimmy Cara de Caballo - 2

Episodio 2: En el poblado indio

Caminando por el desierto de Arizona, Jimmy Cara de Caballo y su caballo Cara de Jimmy llegaron al poblado de los indios Carajotes. Nada más llegar, se le acercó el jefe Ojo de Búfalo.
      -¡Jao! -dijo el jefe alzando la mano en señal de saludo.
      -¡Jao! -respondió Jimmy haciendo el mismo gesto.
      -¿Qué querer rostro pálido con dientes de caballo en poblado indio?
      -Yo saludar, jefe Ojo de Búfalo. Yo buscar indio Pelo de Tomate.
      -Pelo de Tomate estar en peluquería. Nosotros ya no arrancar cabelleras, ahora nosotros cortar cabelleras. Ya no usar “tomahawk”, ahora usar navaja de afeitar.
      -¿Y dónde estar peluquería, jefe Ojo de Búfalo?
      -Yo avisar “squaw” y ella acompañarte.
      El jefe entró en su “tipi” y de inmediato salió del mismo una guapa india. Era la hija del jefe, Flor de Cactus.
      Jimmy Cara de Caballo dejó a su caballo Cara de Jimmy pastando y siguió a Flor de Cactus hasta otro tipi. En la entrada del tipi había un gran anuncio que decía “Peluquería India. Se cortan cabelleras. Se afeita con navaja”.
      Flor de Cactus explicó a Jimmy:
      -Nosotros poner anuncio al estilo rostro pálido para atraer clientela.
      Entraron en la tienda y allí estaba Pelo de Tomate cortándole el pelo a un coronel del Quinto de Caballería.
      -¡Vaya, pero si es el Coronel Carson! -exclamó Jimmy al reconocer al oficial.
      -¡Jimmy Cara de Caballo! -respondió el coronel-. ¿También tú vienes a cortarte el pelo?
      -Rostro pálido no moverse -exigió el peluquero-. Yo hacer daño si moverse
      -Está bien -dijo el oficial de caballería.
      -Tranquilo, coronel -insistió Jimmy-. Después hablamos. Yo lo que quería era hablar con Pelo de Tomate.
      -Rostro pálido con dientes de caballo esperar que indio Pelo de Tomate terminar cortar cabellera otro rostro pálido de gran cuchillo.
      Jimmy se sentó en uno de los confortables sillones que tenía la peluquería. No faltaba nada, ni siquiera el último número del Times para leer mientras esperaba.
      Entró por la puerta otro blanco, un vaquero muy conocido en todo el oeste por ser el más rápido con la pistola. Se llamaba Smith and Winston
      -¿Quién es el último? -preguntó Smith and Winston.
      -Pues usted es el último -respondió Jimmy.
      -¡Ah claro, es verdad!
      Fue entonces cuando Jimmy observó que la squaw Flor de Cactus se había marchado sin decir nada.
      Muy pronto, el peluquero Pelo de Tomate terminó de cortar la cabellera del oficial. Preguntó a su cliente:
      -¿Rostro pálido de gran cuchillo y fusil decir si querer que peluquero indio Pelo de Tomate afeitar barba?
      -No, gracias, así ya me vale. ¿Cuánto es?
      -Ser 25 dólares, precio especial para cliente habitual.
      -Conforme.
      El coronel se levantó de su sitio cediendo el puesto a Smith and Winston. Pagó sus 25 dólares al peluquero y salió del tipi.
      El indio le pidió al otro vaquero que esperara un momento y se acercó a Jimmy.
      -Yo tener pedido para ti -dijo Pelo de Tomate-. Tú traer champú, crema de afeitar, aftershave y caramelos de menta. Traer pronto, yo pagar bien.
      -OK, yo traer muy rápido -respondió Jimmy.
      Y sin más salió del tipi. Afuera le estaba esperando el Coronel Carson.
      -Hola, Jimmy. Quería recordarle antes de irme que debe visitar el Cañón Colorao. Queda hacia el norte, a cincuenta millas de Kansadow City. No tiene pérdida.
      -OK, coronel. Yo ir pronto ?Jimmy se dio cuenta que había hablado al estilo indio. Se corrigió de inmediato?. ¡Huy, perdón! Quería decir que iré pronto.
      El coronel se montó en su caballo y salió corriendo a todo galope.
      Jimmy regresó al tipi del jefe Ojo de Búfalo y le llamó.
      -Jefe Ojo de Búfalo -dijo-. ¿Poder yo hacer tú una pregunta?
      -Rostro pálido de dientes de caballo hacer pregunta.
      -¿Por qué diablos hablar vosotros así?
      -Pues francamente, no tengo ni idea. Debe ser cosa del guión, supongo -dijo el jefe indio, esta vez hablando normalmente.
      -Pues yo me voy -se despidió Jimmy mientras montaba a Cara de Jimmy-. Volveré mañana con el pedido para Pelo de Tomate.
      Desde el interior del tipi, Flor de Cactus le despidió con la mano.
      Jimmy Cara de Caballo se alejó del poblado indio montado en su caballo Cara de Jimmy mientras cantaba:
      -¡Al 'ueste', vamos al 'ueste'! ¡Al 'ueste', vamos to's pa'llá!
      Cara de Jimmy no cantaba. Sólo relinchaba pero no quedaba claro quien cantaba y quien relinchaba.
   

Episodio 3: El Cañón Colorao

Dos días más tarde, después de haber llevado el pedido al indio Pelo de Tomate, Jimmy Cara de Caballo decidió visitar el Cañón Colorao, tal y como le había recomendado el Coronel Carson.
      Montado en su caballo Cara de Jimmy, enfilaron hacia el norte. Tras caminar durante una semana larga durante la cual se perdieron siete veces, llegaron al fin a las proximidades de  Kansadow City. Quedaba hacia el oeste de donde se encontraban, dejando claro que Jimmy Cara de Caballo había recorrido una extraña ruta para llegar hasta allí.
      Cruzaron la calle principal de la población y pasaron ante el saloon. Jimmy quiso detenerse para tomar un trago pero su caballo Cara de Jimmy empezó a relinchar.
      -¡Vale, vale, Cara de Jimmy! Te entiendo perfectamente. No quieres que entre en el saloon. De todos modos no tengo dinero para apostar al póker, si eso es lo que te preocupa.
      Nuevamente, Cara de Jimmy relinchó.
      -OK, tienes razón. Podría apostarte a ti y tu vieja silla. No sé qué sería mejor para ti, por cierto, a lo mejor das con un amo que te dé de comer.
      Cara de Jimmy respondió con un suave relincho.
      -Yo también te quiero, Cara de Jimmy.
      Y así cruzaron el pueblo, cantando aquello de...
      -¡Al 'ueste', vamos al 'ueste'! ¡Al 'ueste', vamos to's pa'llá!
      Una niña que los oyó fue corriendo a ver a su madre.
      -¡Mami, mami! ¡He visto un caballo que canta!
      La madre fue con su hija a ver al vaquero y su caballo, muy discretamente eso sí, y ahora fue la madre la que dijo:
      -Pues no sé si es que el caballo canta o que el vaquero relincha. Pero los dos lo hacen terriblemente mal. Vamos a casa antes de que llueva.
      Y miró al cielo, pero estaba despejado.
   
Según las indicaciones del Coronel Carson, ahora debían seguir hacia el norte por cincuenta millas. Pero nuevamente, Jimmy Cara de Caballo se desorientó y así anduvo vagando por otra semana. Dos veces llegó a entrar en Kansadow City y otras tantas salió hacia el norte.
      Hasta que por fin vio un anuncio con una flecha:
      «CAÑON COLORAO. A UNA MILLA DE AQUÍ»
      Siguieron la flecha y pronto vieron otro cartel:
      «CAÑON COLORAO. A TRESCIENTAS YARDAS SIGUIENDO LA FLECHA»
      Y poco más adelante:
      «CAÑON COLORAO, JUSTO DETRÁS DEL BARRANCO».
      Detrás del barranco había un regimiento de soldados de caballería. Era el Fuerte Kash-Arrow.
      La puerta estaba abierta y sólo había un soldado vigilando.
      -¿Qué desea, vaquero?
      -Soy Jimmy Cara de Caballo y deseo ver el Cañón Colorao.
      -¡Vaya, otro turista! ¡Sargento!
      Al grito del guardia, apareció un sargento.
      -¿Qué ocurre, soldado?
      -¡Este vaquero se llama Jimmy Cara de Caballo y quiere ver el Cañón Colorao!
      -¡OK! ¡Sígame, Jimmy!
      Siguiendo al sargento, Jimmy dejó amarrado a Cara de Jimmy y entró en el interior del cuartel. Llegaron así al depósito de armas donde había varios cañones negros y uno rojo.
      -¡Este es el Cañón Colorao, vencedor de cien batallas!
      -¿Ésto? Pero yo creía que era una especie de barranco...
      -¿Dónde ha visto usted que haya un barranco en el interior de un fuerte?
      -Claro, claro. Entonces éste es el Cañón Colorao. Pues es muy bonito. Gracias por mostrarlo, se lo diré a todo el mundo para que venga a visitarlo.
      -Le estaremos muy agradecidos. Ahora, si antes de irse quiere llevarse un recuerdo.
      -¡Es que yo no tengo...!
      El sargento sacó su pistola y apuntó a la cara de Jimmy.
      -¡Aquí todos los visitantes se llevan un recuerdo del Cañón Colorao! ¡O no se van de aquí!
      Jimmy meditó la cuestión un buen rato. Comprendió así que el sargento tenía razón. No podía marcharse de allí sin llevarse algún recuerdo.
      Finalmente, Jimmy compró un pequeño cañón de plástico de color rojo que al apretarle por detrás hacía ruido.
      “¡Bum!”
      Y montado en su caballo Cara de Jimmy, Jimmy Cara de Caballo salió del Fuerte Kasharow cantado aquello de...
      -¡Al 'ueste', vamos al 'ueste'! ¡Al 'ueste', vamos to's pa'llá!

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